viernes, 31 de diciembre de 2010

MORINGA un Arbol "Milagroso"


La moringa oleifera es un cultivo originario del norte de la India pero sus múltiples propiedades se conocen igualmente en amplias zonas de África, como el sur de Nigeria o la región de Nsanje, en Malaui, donde ha dado buenos resultados. Para los konso de Etiopía, la moringa constituye la base de su alimentación. 

También el Instituto de Investigación Forestal de Kenia
ha llevado a cabo varios experimentos con esta planta, de los que ha obtenido grandes éxitos. Tal es así que en algunos lugares del este africano se conoce a este árbol como “el mejor amigo de mamá”; en el sur nigeriano se le llama idagba manoye, que literalmente significa “creciendo sin sentido”; en el valle del Nilo recibe el nombre de shagara al rauwaq, es decir, “el árbol que purifica”, por su uso en el tratamiento de aguas; en algunos lugares se denomina “palo de tambor”, debido a la forma de sus vainas, uno de los principales productos alimenticios de África, o el árbol del rábano picante, por el sabor de sus raíces.

De la moringa se aprovecha prácticamente todo, pero donde realmente adquiere una importancia decisiva es en la alimentación. El carácter “milagroso” de su poder nutritivo se debe a que es una especie que exige poco cuidado agrícola, crece rápidamente (hasta alcanzar entre tres y cinco metros en un año) y es resistente a la sequía. Esta última característica, unida al bajo coste de producción, convierte a la moringa en un cultivo más que aconsejable en las extensas zonas desérticas o semidesérticas del trópico africano, donde existen graves problemas de hambre, desnutrición y subalimentación.

La moringa ofrece una amplia variedad de productos alimenticios, ya que todas las partes de la planta son comestibles: las vainas verdes (parecidas a las legumbres), las hojas, las flores, las semillas (negruzcas y redondeadas) y las raíces son muy nutritivas y se pueden usar para el consumo humano por su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales.
Las hojas de moringa tienen grandes cualidades nutritivas. Según un estudio de la FAO, el contenido de proteínas es del 27 por ciento (tanto como el huevo y el doble que la leche) y tiene cantidades significativas de calcio (cuatro veces más que la leche), hierro, fósforo y potasio (tres veces más que los plátanos), así como vitamina A (cuatro veces más que las zanahorias) y C (siete veces más que las naranjas).
La semilla contiene un 40 por ciento de aceite, que es de alta calidad, poco viscoso y dulce, con un 73 por ciento de ácido oleico, similar al aceite de oliva. Para cocinar es necesaria la leña, que igualmente proporciona la moringa, con una densidad media de 0,6 y un poder calórico de 4.600 kilocalorías por kilo.
Dado que las hojas de moringa se pueden recoger durante las épocas secas, cuando no hay otros vegetales disponibles, su valor nutricional es decisivo en áreas donde la seguridad alimentaria puede verse amenazada por períodos de sequía, como ocurre en vastas regiones del continente africano.

FORMAS DE PREPARACIÓN
El sabor de la moringa es agradable y las diversas partes se pueden tomar crudas (especialmente las hojas y las flores, que son de color crema y aparecen principalmente en épocas de sequía, cuando el árbol suele perder las hojas) o cocinadas de diversas maneras. Según las formas más frecuentes de preparación, las vainas verdes se consumen cocidas y saben de modo similar a las judías verdes o las habichuelas; las vainas maduras se hierven en agua con un poco de sal, se abren y se extraen las semillas ya listas para tomar, con un sabor parecido al de los garbanzos, aunque también se pueden consumir tostadas; las hojas tiernas se preparan hervidas y sirven para potajes, pero también se pueden consumir crudas para ensaladas, con un sabor ligeramente picante, entre el berro y el rábano; las raíces tienen forma de pequeña zanahoria y su sabor es picante; las flores también son comestibles y se utilizan en las ensaladas. Para aliñarlas se utiliza aceite, que también se extrae de la moringa.

Por todas estas potencialidades, es deseable que la moringa se use cada vez más como un recurso imprescindible para prevenir la desnutrición y patologías como la ceguera infantil, asociada a la carencia de vitaminas y otros elementos esenciales en la dieta. Es más, si se toma seriamente en consideración esta planta, puede convertirse, como producto natural que es, en la estrella de la industria alimenticia y del complemento proteico. Sin olvidar que es uno de los proyectos de desarrollo más importantes para la forestación de las zonas conocidas como “agrodesierto”.
 

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